En la vida, lo único cierto es lo que nos sucede a cada momento. Queremos aferrarnos a ideas, a personas, a vivencias, a sentimientos, a sensaciones..... negando el proceso natural de las cosas.
Que simplemente vienen y van.
Que nada es eterno.
Que nada dura eternamente.
Que muere, y se transforma, y vuelve a nacer, y vuelve a morir.
Que ahora hay dolor.
Que después vendrá la alegría.
Que estoy sola.
Que puedo estar acompañada.
Que puedo quererte.
Y puedo olvidarte.
Y puedo elegir no verte, si me hace daño.
Que las cosas no dichas hieren.
Que a veces es mejor no decir.
Que no por no estar no significa que no te quiera.
Que a veces no estoy ni para mí.
Y necesito estar para mí, sólo después podré estar contigo.
Que yo no puedo ser tu madre, ni tu padre... sólo puedo ser yo, y estar contigo, a veces.
Y tú no puedes ser mi padre,ni mi madre, sólo estar conmigo, a veces.
Que podemos acercarnos y alejarnos según el momento.
Que el sentimiento a veces es intenso.
Que el sentimiento a veces es suave, cálido.
Que a veces la tristeza arrulla.
A veces la sonrisa tapa la tristeza.
Otras la risa llena el alma.
Que a veces puedo mentirte porque te quiero.
Que a veces el mejor regalo es ser sincero.
Que necesito cuidarme, y quererme.
Que sólo si estoy conmigo podré estar contigo.
viernes, 21 de diciembre de 2012
viernes, 16 de noviembre de 2012
Los triángulos amorosos
Quizás uno de los temas más
espinosos dentro de una pareja sea el de la infidelidad.
Cuando nos embarcamos en una
pareja, se requiere un alto grado de esfuerzo, de compromiso, de aceptación de
la otra persona, de la implicación de uno mismo dentro de la propia
pareja….Dedicamos mucho tiempo y energía a estar con esta persona que hemos
elegido. Al principio todo es fácil, parece que va rodado.... es lo que
llamamos el enamoramiento, es la etapa de "mariposas en el estómago”,
cuando parece que todo entre tú y la otra persona son coincidencias, y las
diferencias o se ignoran o se ven como virtudes…. En esta fase todo son fuegos
artificiales, sentimiento y emoción, nos parece haber encontrado por fin a
nuestro príncipe azul, a la princesa de nuestros sueños, a lo que en la en la
mentalidad popular se ha denominado “nuestra media mitad”.
Pasada esta fase, que no suele
durar más de unos meses, empiezan las dificultades. Es cuando empieza a
consolidarse la pareja. Empezamos a ver
realmente al otro es, y no tanto la imagen ideal que nos habíamos contado, y
las diferencias empiezan a hacerse más patentes… ya no nos parece tan romántico
y pasamos de la ilusión a ver que hay cosas del otro que nos molestan, no nos
gustan o nos incomodan. En esta fase tenemos que aprender a negociar, entre
nuestros intereses, nuestras amistades, familia y aficciones… aprender a poder
estar bien con la otra persona sin renunciar a mi vida e incluyendo la vida de
mi pareja… y tenemos que aprender también a hacer concesiones… si hay algo que
para mi pareja es muy importante y puedo cambiarlo.
Pero a veces, en las parejas, y
muchas veces sin tan siquiera buscarlo (no vamos a hablar en este artículo de
los típicos Don Juanes, que buscan continuamente conquistar a numerosas
damiselas), aparece una tercera persona.
Alguien por quien de pronto te sientes atraído, que te pone nervios@ al
acercarse a ti, que de pronto activa en tu cuerpo y tu cerebro numerosas
emociones que ya tenías olvidadas (vuelven las mariposas, el estar todo el día
pensando en él/ella….)
En este momento, hay personas que
deciden dejar a su pareja y empezar con esta otra persona. Otras, intentan integrar a este tercero en sus
vidas, de una manera oculta. No quieren dejar a su pareja porque hay muchas
áreas de su vida que sí llenan, pero no pueden evitar la atracción que esta
otra persona ejerce sobre ella, y que llena otras áreas, probablemente igual de
importantes, que su pareja no llena. Empiezan las llamadas, los mensajes, el
verse a escondidas…. Y la persona que se mete en esta historia se debate entre
sentimientos y pensamientos muy contradictorios…. “Si yo quiero a mi pareja,
porqué siento esto por esta otra persona?” “le quiero y no quiero hacerle daño,
pero también quiero mucho a esta otra persona….” Surgen intensos sentimientos
de angustia, de culpa, de traición, y también de amor y de cariño…
En contra a la imagen popular en
la que parece que cuando alguien se involucra en este tipo de historias es
“porque es una mala persona”, “quería dividir un matrimonio”, “no le basta con
una, que quiere dos”…..y mil mensajes con juicios negativos que podríamos
rellenar….. las personas a las que les suceden sufren mucho con este tipo de
aventuras. Está el cariño, la pasión, el
temor ante que la pareja se entere, la angustia, tristeza…… Y no siempre son relaciones con un claro componente
sexual. Las mujeres se involucran más en este tipo de historias por un
componente emocional, de sentirse especiales, miradas, valoradas…
Es curioso cómo, en general,
disfrutamos viendo en las películas estas historias… recordemos “Los Puentes de
Madison”, o “El príncipe de las mareas”…. Y sin embargo en la vida real a la
gente le gustaría poder salir corriendo de estos líos amorosos.
¿Qué es lo que pasa? ¿Qué nos ocurre cuando
esto sucede en nuestras vidas?
A muchas personas les gustaría
pensar que eso jamás les sucederá, pero es algo que es bastante universal, está
en todas las culturas, en todas las épocas, y es algo que les sucede a hombres y a
mujeres. Lo que varía es el cómo.
Anteriormente, era el hombre era que solía tener una “querida”, y la esposa era
su mujer y la madre de sus hijos. En la actualidad, con la liberación femenina,
ha aumentado el número de mujeres que, teniendo pareja, ha tenido en algún
momento alguna historia de este tipo.
Es lo que se denominan
“relaciones triangulares”. Y en estas historias, podemos estar en cualquiera de
las partes del triángulo
No son inamovibles, podemos estar
en un momento de nuestras vidas siendo
El traicionado, y en otras movernos en cualquiera de las otras dos.
Normalmente este tipo de
historias tienen mucho que ver nuestra infancia, ya que partimos de un
triángulo amoroso entre: papá, mamá y yo… en el que, si no se han resuelto
adecuadamente las tensiones que puede general el vínculo entre papá- yo, mamá-
yo, papá y mamá….en lo que a afectos se refiere, podemos repetir los esquemas
que teníamos con ellos. Esto sucede mucho cuando se han tenido experiencias
traumáticas con alguno de los dos progenitores (ya sea por descalificaciones,
agresiones…), o en que los padres no han sabido marcar una distancia adecuada
con el niño y lo han echado bruscamente del lado de la pareja temiendo que les
pudiera “robar” el amor de su pareja.
También puede influir el que uno
de los dos padres haya tenido aventuras extramatrimoniales, identificándose, o bien con el traidor, o
bien con la “aparente víctima”.
En cualquier caso, y sea cual sea
el motivo que nos ha llevado hasta ahí, lo que está claro es que debajo de todo
hay un potente mensaje, un conflicto no resuelto que tenderá a salir una y otra
vez hasta que lo escuchemos y lo podamos resolver de una forma sana.
Volviendo la pareja, esto también
es un claro indicador de que algo en la pareja no va bien. Dedicamos mucho tiempo y energía y en la
pareja, en general, nos gusta la exclusividad que nuestra pareja nos
ofrece… Habría que pararse a ver qué es
lo que está pasando con esa pareja, cómo es la comunicación, qué es lo que me
está faltando… y cómo puedo solucionar esto.
Ver si se puede recuperar todo
aquello que nos llevó a estar juntos como pareja y a la realización de un
proyecto de vida común, cómo mejorar aquellos aspectos de la pareja que ahora
mismo están estancados… o, si en realidad me he dado cuenta de que ya no quiero
estar con esta persona, poder terminar la relación, ya que no puede ser con un
“final feliz”, que sea al menos con “un buen final”.
No podemos dividirnos por la
mitad para estar en dos relaciones, no, al menos, sin un alto coste energético,
emocional, y muchas veces, un elevado coste para la salud… Por eso recomiendo
que tengamos muy claros cuáles son nuestros límites, y respetar aquellos
límites que hayamos definido junto a nuestra pareja.
Por último indicar que para que
una pareja sea pareja, tiene que haber intimidad, confianza, comunicación y
sexualidad. Si alguno de estos componentes no se da o flaquea en la pareja,
generará un conflicto que podrá llegar a desencadenar o, en la ruptura de la
pareja, o en la búsqueda de alguien que llene ese vacío, con el consiguiente
sufrimiento para todos los involucrados.
Escrito por: Almudena.
viernes, 9 de noviembre de 2012
¿Porqué ir a una terapia?
A menudo la gente llega a terapia porque hay algo que le
está causando sufrimiento, a veces no sabe muy bien qué es, otras lo tienen
perfectamente identificado.
Pero la mayoría de la gente viene con la ilusión de poder encontrarse rápidamente bien, como si de la pastilla que otorga la felicidad se tratara, sin querer ver las heridas que les han llevado hasta allí, sin querer realizar ningún cambio en sus vidas.
Pero la mayoría de la gente viene con la ilusión de poder encontrarse rápidamente bien, como si de la pastilla que otorga la felicidad se tratara, sin querer ver las heridas que les han llevado hasta allí, sin querer realizar ningún cambio en sus vidas.
Esto es normal, queremos que nos saquen de nuestro
sufrimiento pero no queremos realizar cambios, es más cómodo la seguridad de lo
conocido que la inseguridad que nos da lo incierto. Es necesaria valentía y fortaleza para
atreverse a pararse y revisar qué es lo que me pasa, qué es lo que me ha
llevado a esta situación en la que me encuentro hoy, qué he hecho o he dejado
de hacer para acabar encontrándome así….
Con el tiempo y la confianza que va dando un proceso terapéutico, podremos revisar todo esto, nuestros miedos, nuestra historia…un sitio que es sólo para ti y en el que puedes hablar de todo, sin el temor a los juicios, a las críticas…. Nos encontramos en un espacio seguro en el que poder revisar dónde estamos, qué queremos, con quién queremos y cómo queremos estar….
Con el tiempo y la confianza que va dando un proceso terapéutico, podremos revisar todo esto, nuestros miedos, nuestra historia…un sitio que es sólo para ti y en el que puedes hablar de todo, sin el temor a los juicios, a las críticas…. Nos encontramos en un espacio seguro en el que poder revisar dónde estamos, qué queremos, con quién queremos y cómo queremos estar….
Aprendemos también que para sanar una herida, como si de una
herida física se tratara, a menudo también hay que tocarla, despacio, con
ternura, pero que esa herida escuece al
tratar de limpiarla para que pueda cicatrizar. Aprendemos que no sólo es
importante aprender a sentirse bien y disfrutar de la alegría, sino que es
igual de importante aprender a llorar, aceptar las pérdidas, atravesar losduelos… aprendemos que el miedo tiene un
mensaje muy importante que decirnos y que es bueno que lo escuchemos, nos dará
pistas de por dónde tenemos que seguir para sentirnos más seguros. Aprenderemos
que a veces es necesario enfadarse y poder decir “hasta aquí”, porque
necesitamos poner límites , entre uno mismo y el mundo, entre uno mismo y el
otro, para no dejarnos avasallar y respetar nuestro propio espacio…. Aprendemos
también que la envidia en sí misma no es mala, sólo nos recuerda aquellas cosas
que son importantes para nosotros, que otra persona sí ha podido conseguir
(quizás le podríamos preguntar a esa persona algún consejo que nos ayudase a
conseguir eso mismo).
Aprendemos que es tan importante poder apoyarse en alguien,
como ser capaz de apoyarnos a nosotros mismos. Y es que la terapia es un camino
al autoapoyo, a poder asentarme sobre mis propios pies, y decir: “este soy yo”,
“aquí estoy”…. Con mis virtudes y mis carencias, con mis deseos, con mis
miedos, con mis ilusiones…. Que son tan preciosas como las de cualquier otra
persona. Es importante poder aceptar que yo tengo derecho a ser quien soy, no
quién quiere que sea mi padre, mi pareja, mi mejor amiga, mi yo ideal….. yo soy así, y está bien ser como soy.
Si estas pasando por una época difícil en tu vida y necesitas un apoyo, puedes contactar conmigo y concertar una cita. La primera cita es gratuita para que podamos conocernos y ver en qué puedo ayudarte.
Escrito por: Almudena.
Si estas pasando por una época difícil en tu vida y necesitas un apoyo, puedes contactar conmigo y concertar una cita. La primera cita es gratuita para que podamos conocernos y ver en qué puedo ayudarte.
Escrito por: Almudena.
miércoles, 7 de noviembre de 2012
QUERERSE BIEN...venciendo a nuestro peor enemigo
Hay un dicho que reza “El peor enemigo que tenemos somos nosotros mismos”, y es verdad. Si nos
paramos a escuchar y reflexionamos,
cuántas veces a lo largo del día
pensamos “ yo no soy capaz….”, “no podré
hacerlo….”, “habría sido mejor que dijera / o no dijera ….” , “si yo fuera más….”….
podemos rellenar las frases con todo aquello que se nos ocurra, y seguro que
nos saldría una lista larga.
A veces uno no es
consciente de ello, y lo camufla en un mecanismo que se llama proyección, y que consiste en trasladar al otro
cualidades que consideramos “negativas” en nosotros mismos…. “Es que fulano es tan egoísta……”, “nunca me tienes en
cuenta, no tienes detalles conmigo…..
¿Qué pasaría si en lugar de poner fuera, lo pusiéramos en tiempo
presente y en primera persona? …. “A
veces puedo ser egoísta” (egoísta en sí misma no es una característica buena o
mala, es uno mismo el que le pone la connotación; de hecho, hay un egoísmo sano
y necesario para vivir). “ Yo no me tengo en cuenta, no tengo detalles conmigo”…..
Esto en un proceso muy complejo, y conllevaría un análisis
en profundidad de cada uno, pero a rasgos generales, hay un componente
educativo y sobre todo familiar que está en la base de todos estos complejos.
Si nos hemos criado con un padre / una madre que, consciente o
inconscientemente nos lanzaba mensajes del
tipo…. “tú sóla no puedes….”, “no sabes hacer nada…..”, “déjame que ya
lo hago yo…. (mejor que tú)”…. “nunca valdrás para nada….”
O con otro tipo de mensajes, que transmiten desconfianza
hacia el mundo y hacia las personas: “los hombres sólo quieren una cosa…”, “tienes
que hacerte respetar…. (no se te ocurra mostrar deseo por un hombre….”, “las
amigas te querrán quitar al novio… no confíes en ellas”...
…. Muchas veces, sin quererlo, y sin saberlo, nos
tragamos todos estos mensajes, dando por sentado y sin digerir una realidad,
que, por provenir de una figura significativa para nosotros, no ponemos en
cuestionamiento… y la pasamos a adoptar como propia.
Es bueno y necesario que pasemos a revisar todos estos
mensajes y críticas que en el día a día nos están interfiriendo, que podamos
diferenciar y ver que son mensajes que nos lanzaron pero que no necesariamente
se corresponden con quiénes realmente somos y lo que realmente podemos hacer.
En aquel momento no pudimos hacer nada, un niño no tiene la capacidad de poner
en cuestionamiento lo que dicen sus padres, a los que ven en posesión dela
verdad, pero ahora, somos adultos, y tenemos que aprender a soltar todos
aquellos mandatos que nos encadenan al miedo y a no explorar todas nuestras
capacidades, y arriesgarnos a ver quiénes realmente somos, y todo lo que
valemos.
Porque tú éres único, diferente, especial, que vale tanto
como cualquier otra persona.
Aprender a querernos, a cuidarnos, a valorarnos… nos ayudará
a estar mejor con nosotros mismos y con aquellas personas con las que queramos
estar.
Escrito por: Almudena.
Escrito por: Almudena.
domingo, 21 de octubre de 2012
¿Capaz o incapaz? una reflexión sobre la discapacidad
Lo primero que tendríamos que plantearnos es qué entendemos por discapacidad. A menudo, cuando surge la pregunta, lo primero que nos viene a la cabeza es gente invidente, personas que han perdido parte de la movilidad en su cuerpo, en silla de ruedas... en el cuanto al aspecto corporal del ser humano; y en referencia a la parte más racional pensaríamos en gente con algún déficil cognitivo, dificultad para entender conceptos, o para enlazar el nombre con la imagen que están viendo... por poner algunos ejemplos.
¿qué es la discapacidad? La definición de discapacidad es aquella condición bajo la cual ciertas personas presentan deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo que, al interactuar con diversas barreras, puedan impedir su participación plena y efectiva en la sociedad, y en igualdad de condiciones con las demás.
Me gustaría invitaros a hace una reflexión. Hay ocasiones en las que cuando una persona ve a otra con alguna discapacidad, lo primero que le viene a la cabeza puede ser... "pobrecilla... ¿qué le habrá pasado?"... otras personas, juzgan y critican, siendo las personas con algún tipo de discapacidad objeta de burlas y o rechazo por parte de algunas personas. En realidad, si relativizamos el concepto en sí de discapacidad, y hablamos de capacidad e incapacidad, ¿en qué nos afecta a nosotros?
En realidad todos unos capacidades más desarrolladas que otras. Y lo que hace la persona con cualquier tipo de discapacidad es eso mismo: si por el motivo que sea, ya sea de nacimiento, por un accidente, una enfermedad... alguna de sus capacidades se ha visto alterada, se van desarrollando más unas capacidades que ayuden a compensar aquellas que no tenemos.
Se trata de aprender a vivir con normalidad una situación, que es verdad que en algunas ocasiones se pueden encontrar con más barreras que otra personas que tienen esas capacidades... pero no limita tanto las barreras que nos podamos encontrar fuera como las barreras que nos ponemos nosotros mismos. Y eso nos ocurre a TODOS. ¿Cuántas veces hemos pensado.... "no voy a ser capaz....", "no lo voy a conseguir...", llegando incluso a paralizarnos y a ni siquiera tratar de hacer realidad nuestros sueños? Creo que esto es algo que está en el ser humano, hay ocasiones, que cuando algo nos da miedo, o hay que dedicarle esfuerzo a conseguir algo, nos incapacitamos a nosotros mismos en lugar de atrevernos a salir de la comodidad de lo conocido y arriesgarnos a hacer cosas que queremos.
He visto en numerosas ocasiones casos de personas que con alguna limitación física, una fortaleza digna de admirar, han conseguido superar barreras y obstáculos, que personas sin esa limitación jamás se habrían arriesgado, por "miedo al que dirán", al "lo haré bien o mal".... son ejemplos de autosuperación y de aprender que cuando quiere, y confía en que puede, va a ir dando pasitos que le ayudarán a ir consiguiendo sus propósitos.
Para esto también es bueno contar con apoyos, rodearnos de gente que nos pueda echar una mano en un momento dado, una palabra de aliento cuando lo necesitemos.
No se trata de ir como un kamikaze y lanzarse a lo desconocido sin más, sino de ir pasito a pasito probando, qué quiero hacer, cómo me gustaría hacerlo... para que podamos ir cogiendo seguridad y confiar en nosotros mismos. Y sabiendo también, para poder conseguir algo, siempre va a haber obstáculos en el camino, lo importante es que por más que podamos tropezar, el ser humano siempre tiende a levantarse y seguir hacia delante, con nuevas fuerzas.
Hay una frase que dice: "quien no arriesga, no gana". A lo que la persona puede contestar que tampoco pierde. Pero en realidad, sí perdemos, perdemos la oportunidad de tratar de conseguir algo que queremos, de mejorar nuestra calidad de vida.... Pero cada uno tiene que sopesar qué le compensa más, porque decidamos lo que decidamos, siempre ganaremos unas cosas y perderemos otras.
Escrito por: Almudena
Escrito por: Almudena
miércoles, 10 de octubre de 2012
APRENDER A CUIDARSE
Todos hemos pasado por etapas en las que te sientes más
triste y como sin energía. A veces son debidas a la pérdida de un empleo, un
desengaño amoroso, una desilusión, un enfado con con algún amigo o amiga, la
enfermedad de un ser querido… y otras veces parece no haber una explicación.
Cuando esto ocurre es importante no encerrarnos en nosotros
mismos. Esto no significa que no podamos retirarnos a un rinconcito en el que
nos sintamos seguros, ni que tengamos que huir de la soledad… ya que es bueno
aprender a estar con nosotros mismos. Pero hay que diferenciar entre el
permitirse sentir la tristeza, y el recrearse en la tristeza, entre buscar
ratitos de soledad y estar huyendo de nuestros contactos, entre el parar para
poder recargar las pilas y el hundirse en un mar de insatisfacción.
Por eso, cuando nos encontramos así, hay una serie de cosas
que pueden ayudarnos a hacer más llevadera esta etapa de nuestra vida:
- - Escuchar música que te relaje y que te haga sentir bien (no es bueno escuchar a Malú cuando una está sumida en la tristeza…)
- - Lee aquel libro que querías leer pero para el que no encontrabas tiempo.
- - Date un baño de espuma.
- - Prepárate una buena comida.
- - Queda con aquellos amigos con los que te sientas en confianza.
- - Haz algo de deporte: no hacer falta grandes cosas, con un paseo de 1hora al día es suficiente, ayuda a generar endorfinas al cuerpo, que nos hace sentir mejor.
- - Pasa algo de tiempo en la naturaleza.
- - Regálate un caprichito.
Y sobre todo, no te olvides, que lo más importe, es aprender a quererse a uno mismo.
Escrito por: Almudena
Escrito por: Almudena
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domingo, 30 de septiembre de 2012
CUENTO DE LA ISLA DE LOS SENTIMIENTOS
CUENTO DE LA ISLA. Jorge Bucay
Hubo una vez una isla donde habitaban todas las emociones y todos los sentimientos humanos que existen. Convivían, por supuesto, el Temor, la Sabiduría, el Amor, la Angustia, la Envidia, el Odio...Todos estaban allí. A pesar de los roces naturales de la convivencia, la vida era sumamente tranquila e incluso previsible. A veces la Rutina hacía que el Aburrimiento se quedara dormido, o el Impulso armaba algún escándalo, pero muchas veces la Constancia y la Convivencia lograban aquietar el Descontento.
Un día, inesperadamente para todos los habitantes de la isla, el Conocimiento convocó una reunión. Cuando la Distracción se dio por enterada y la Pereza llegó al lugar de encuentro, todos estuvieron presentes.
Entonces, el Conocimiento dijo:
-Tengo una mala noticia que darles: la isla se hunde.
Todas las emociones que vivían en la isla dijeron:
-¡No, cómo puede ser! ¡Si nosotros vivimos aquí desde siempre!
El Conocimiento repitió:
- ¡Pero cómo puede ser! ¡Quizá estás equivocado!
- El Conocimiento casi nunca se equivoca- dijo la Conciencia dándose cuenta de la verdad-. Si él dice que se hunde, debe ser porque se hunde.
- ¿Pero qué vamos a hacer ahora?- se preguntaron los demás.
Entonces, el Conocimiento contestó:
- Por supuesto, cada uno puede hacer lo que quiera, pero yo les sugiero que busquen la manera de dejar la isla...Construyan un barco, un bote, una balsa o algo que les permita irse, porque el que permanezca en la isla desaparecerá con ella.
- ¿No podrías ayudarnos?- le preguntaron todos, porque confiaban en su capacidad.
- No ?dijo el Conocimiento-, la Previsión y yo hemos construido un avión y en cuanto termine de decirles esto volaremos hasta la isla más cercana.
Las emociones dijeron:
-¡No! ¡Pero no! ¿Qué será de nosotros?
Dicho esto, el Conocimiento se subió al avión con su socia y, llevando de polizón al Miedo, que como no es zonzo ya se había escondido en el motor, dejaron la isla.
Todas las emociones, en efecto, se dedicaron a construir un bote, un barco, un velero...Todas...salvo el Amor.
Porque el Amor estaba tan relacionado con cada cosa de la isla que dijo:
-Dejar la isla...después de todo los que viví aquí...¿Cómo podría yo dejar este arbolito, por ejemplo? Ahhh...compartimos tantas cosas...
Y mientras las emociones se dedicaban a fabricar el medio para irse, el Amor se subió a cada árbol, olió cada rosa, se fue hasta la playa y se revolcó en la arena como solía hacerlo en otros tiempos. Tocó cada piedra...y acarició cada rama...
Al llegar a la playa, exactamente desde donde el sol salía, su lugar favorito, quiso pensar con esa ingenuidad que tiene el amor:
?Quizá la isla se hunda por un ratito...y después resurja...¿por qué no??
Y se quedó durante días y días midiendo la altura de la marea para revisar si el proceso de hundimiento no era reversible...
La isla se hundía cada vez más...
Sin embargo, el Amor no podía pensar en construir, porque estaba tan dolorido que sólo era capaz de llorar y gemir por lo que perdería.
Se le ocurrió entonces que la isla era muy grande, y que aun cuando se hundiera un poco, siempre él podría refugiarse en la zona más alta... Cualquier cosa era mejor que tener que irse. Una pequeña renuncia nunca había sido un problema para él.
Así que, una vez más, tocó las piedritas de la orilla...y se arrastró por la arena...y otra vez se mojó los pies en la pequeña playa que otrora fue enorme...
Luego, sin darse cuenta demasiado de su renuncia, caminó hasta la parte norte de la isla, que si bien no era la que más le gustaba, era la más elevada...
Y la isla se hundía cada día un poco más...
Y el Amor se refugiaba cada día en un espacio más pequeño...
- Después de tantas cosas que pasamos juntos...- le reprochó a la isla.
Hasta que, finalmente, sólo quedó una minúscula porción de suelo firme; el resto había sido tapado completamente por el agua.
Justo en ese momento el Amor se dio cuenta de que la isla se estaba hundiendo de verdad. Comprendió que, si no la dejaba, el amor desaparecería para siempre de la faz de la Tierra...
Caminando entre senderos anegados y saltando enormes charcos de agua, el Amor se dirigió a la bahía.
Ya no había posibilidades de construirse una salida como la de todos; había perdido demasiado tiempo en negar lo que perdía y en llorar lo que desaparecía poco a poco entre sus ojos.
Desde allí podría ver pasar a sus compañeros en las embarcaciones. Tenía la esperanza de explicar su situación y de que alguno de sus compañeros le comprendiera y le llevara.
Observando el mar, vio venir el barco de la Riqueza y le hizo señas. La Riqueza de acercó un poquito a la bahía.
-Riqueza, tú que tienes un barco tan grande, ¿no me llevarías hasta la isla vecina? Yo sufrí tanto la desaparición de esta isla que no pude fabricarme un bote...
Y la Riqueza le contestó:
- Estoy tan cargada de dinero, de joyas y de piedras preciosas, que no tengo lugar para ti, lo siento...- y siguió su camino sin mirar atrás.
El Amor siguió observando, y vio venir a la Vanidad en un barco hermoso, lleno de adornos, cárieles, mármoles y florecitas de todos los colores. Llamaba muchísimo la atención.
El Amor se estiró un poco y gritó:
-¡Vanidad...Vanidad...llévame contigo!
La Vanidad miró al Amor y le dijo:
- Me encantaría llevarte, pero...¡tienes un aspecto!...¡estás tan desagradable...tan sucio y tan desaliñado!...Perdón, pero creo que afearías mi barco- y se fue.
Y así, el Amor pidió ayuda a cada una de las emociones. A la Constancia, a la Sensualidad, a los Celos, a la Indignación y hasta al Odio. Y cuando pensó que ya nadie más pasaría, vio acercarse un barco muy pequeño, el último, el de la Tristeza.
- Tristeza, hermana- le dijo-, tú que me conoces tanto, tú no me abandonarás aquí, eres tan sensible como yo...¿Me llevarás contigo?
Y la Tristeza le contestó:
- Yo te llevaría, te lo aseguro, pero estoy taaaaaan triste....que prefiero estar sola- y sin decir más se alejó.
Y el Amor, pobrecito, se dio cuenta de que por haberse quedado ligado a esas cosas que tanto amaba, él y la isla iban a hundirse en el mar hasta desaparecer.
Entonces se sentó en el último pedacito que quedaba de su isla a esperar el final...
De pronto, el Amor escuchó que alguien chistaba:
- Chst- chst-chst...
Era un desconocido viejito que le hacía señas desde un bote de remos.
El Amor se sorprendió:
-¿A mi?- preguntó, llevándose una mano al pecho.
- Si, si- dijo el viejito- a ti. Ven conmigo, súbete a mi bote y rema conmigo, yo te salvo.
El Amor le miró y quiso darle explicaciones:
- Lo que pasó fue que me quedé...
- Entiendo- dijo el viejito sin dejarle terminar la frase-, sube.
El Amor subió al bote y juntos empezaron a remar para alejarse de la isla.
No pasó mucho tiempo antes de ver cómo el último centímetro que quedaba a flote terminó de hundirse y la isla desaparecería para siempre.
- Nunca volverá a existir una isla como esta- murmuró el Amor, quizá esperando que el viejito le contradijera y le diera alguna esperanza.
- No ? dijo el viejito-, como ésta, nunca.
Cuando llegaron a la isla vecina, el Amor comprendió que seguía vivo.
Se dio cuenta de que iba a seguir existiendo.
Giró sobre sus pies para agradecerle al viejito, pero éste, sin decir una palabra, se había marchado tan misteriosamente como había aparecido.
Entonces, el Amor, muy intrigado, fue en busca de la Sabiduría para preguntarle:
-¿Cómo puede ser? Yo no lo conozco y él me salvó...Nadie comprendía que me hubiera quedado sin embarcación, pero él me ayudó, él me salvó y yo no ni siquiera se quién es...
La Sabiduría lo miró a los ojos un buen rato y dijo:
- Él es el único capaz de conseguir que el amor sobreviva cuando el dolor de una pérdida le hace creer que es imposible seguir adelante. El único capaz de darle una nueva oportunidad al amor cuando parece extinguirse. El que te salvó, Amor, es el Tiempo.
Hubo una vez una isla donde habitaban todas las emociones y todos los sentimientos humanos que existen. Convivían, por supuesto, el Temor, la Sabiduría, el Amor, la Angustia, la Envidia, el Odio...Todos estaban allí. A pesar de los roces naturales de la convivencia, la vida era sumamente tranquila e incluso previsible. A veces la Rutina hacía que el Aburrimiento se quedara dormido, o el Impulso armaba algún escándalo, pero muchas veces la Constancia y la Convivencia lograban aquietar el Descontento.
Un día, inesperadamente para todos los habitantes de la isla, el Conocimiento convocó una reunión. Cuando la Distracción se dio por enterada y la Pereza llegó al lugar de encuentro, todos estuvieron presentes.
Entonces, el Conocimiento dijo:
-Tengo una mala noticia que darles: la isla se hunde.
Todas las emociones que vivían en la isla dijeron:
-¡No, cómo puede ser! ¡Si nosotros vivimos aquí desde siempre!
El Conocimiento repitió:
- -La isla se hunde.
- El Conocimiento casi nunca se equivoca- dijo la Conciencia dándose cuenta de la verdad-. Si él dice que se hunde, debe ser porque se hunde.
- ¿Pero qué vamos a hacer ahora?- se preguntaron los demás.
Entonces, el Conocimiento contestó:
- Por supuesto, cada uno puede hacer lo que quiera, pero yo les sugiero que busquen la manera de dejar la isla...Construyan un barco, un bote, una balsa o algo que les permita irse, porque el que permanezca en la isla desaparecerá con ella.
- ¿No podrías ayudarnos?- le preguntaron todos, porque confiaban en su capacidad.
- No ?dijo el Conocimiento-, la Previsión y yo hemos construido un avión y en cuanto termine de decirles esto volaremos hasta la isla más cercana.
Las emociones dijeron:
-¡No! ¡Pero no! ¿Qué será de nosotros?
Dicho esto, el Conocimiento se subió al avión con su socia y, llevando de polizón al Miedo, que como no es zonzo ya se había escondido en el motor, dejaron la isla.
Todas las emociones, en efecto, se dedicaron a construir un bote, un barco, un velero...Todas...salvo el Amor.
Porque el Amor estaba tan relacionado con cada cosa de la isla que dijo:
-Dejar la isla...después de todo los que viví aquí...¿Cómo podría yo dejar este arbolito, por ejemplo? Ahhh...compartimos tantas cosas...
Y mientras las emociones se dedicaban a fabricar el medio para irse, el Amor se subió a cada árbol, olió cada rosa, se fue hasta la playa y se revolcó en la arena como solía hacerlo en otros tiempos. Tocó cada piedra...y acarició cada rama...
Al llegar a la playa, exactamente desde donde el sol salía, su lugar favorito, quiso pensar con esa ingenuidad que tiene el amor:
?Quizá la isla se hunda por un ratito...y después resurja...¿por qué no??
Y se quedó durante días y días midiendo la altura de la marea para revisar si el proceso de hundimiento no era reversible...
La isla se hundía cada vez más...
Sin embargo, el Amor no podía pensar en construir, porque estaba tan dolorido que sólo era capaz de llorar y gemir por lo que perdería.
Se le ocurrió entonces que la isla era muy grande, y que aun cuando se hundiera un poco, siempre él podría refugiarse en la zona más alta... Cualquier cosa era mejor que tener que irse. Una pequeña renuncia nunca había sido un problema para él.
Así que, una vez más, tocó las piedritas de la orilla...y se arrastró por la arena...y otra vez se mojó los pies en la pequeña playa que otrora fue enorme...
Luego, sin darse cuenta demasiado de su renuncia, caminó hasta la parte norte de la isla, que si bien no era la que más le gustaba, era la más elevada...
Y la isla se hundía cada día un poco más...
Y el Amor se refugiaba cada día en un espacio más pequeño...
- Después de tantas cosas que pasamos juntos...- le reprochó a la isla.
Hasta que, finalmente, sólo quedó una minúscula porción de suelo firme; el resto había sido tapado completamente por el agua.
Justo en ese momento el Amor se dio cuenta de que la isla se estaba hundiendo de verdad. Comprendió que, si no la dejaba, el amor desaparecería para siempre de la faz de la Tierra...
Caminando entre senderos anegados y saltando enormes charcos de agua, el Amor se dirigió a la bahía.
Ya no había posibilidades de construirse una salida como la de todos; había perdido demasiado tiempo en negar lo que perdía y en llorar lo que desaparecía poco a poco entre sus ojos.
Desde allí podría ver pasar a sus compañeros en las embarcaciones. Tenía la esperanza de explicar su situación y de que alguno de sus compañeros le comprendiera y le llevara.
Observando el mar, vio venir el barco de la Riqueza y le hizo señas. La Riqueza de acercó un poquito a la bahía.
-Riqueza, tú que tienes un barco tan grande, ¿no me llevarías hasta la isla vecina? Yo sufrí tanto la desaparición de esta isla que no pude fabricarme un bote...
Y la Riqueza le contestó:
- Estoy tan cargada de dinero, de joyas y de piedras preciosas, que no tengo lugar para ti, lo siento...- y siguió su camino sin mirar atrás.
El Amor siguió observando, y vio venir a la Vanidad en un barco hermoso, lleno de adornos, cárieles, mármoles y florecitas de todos los colores. Llamaba muchísimo la atención.
El Amor se estiró un poco y gritó:
-¡Vanidad...Vanidad...llévame contigo!
La Vanidad miró al Amor y le dijo:
- Me encantaría llevarte, pero...¡tienes un aspecto!...¡estás tan desagradable...tan sucio y tan desaliñado!...Perdón, pero creo que afearías mi barco- y se fue.
Y así, el Amor pidió ayuda a cada una de las emociones. A la Constancia, a la Sensualidad, a los Celos, a la Indignación y hasta al Odio. Y cuando pensó que ya nadie más pasaría, vio acercarse un barco muy pequeño, el último, el de la Tristeza.
- Tristeza, hermana- le dijo-, tú que me conoces tanto, tú no me abandonarás aquí, eres tan sensible como yo...¿Me llevarás contigo?
Y la Tristeza le contestó:
- Yo te llevaría, te lo aseguro, pero estoy taaaaaan triste....que prefiero estar sola- y sin decir más se alejó.
Y el Amor, pobrecito, se dio cuenta de que por haberse quedado ligado a esas cosas que tanto amaba, él y la isla iban a hundirse en el mar hasta desaparecer.
Entonces se sentó en el último pedacito que quedaba de su isla a esperar el final...
De pronto, el Amor escuchó que alguien chistaba:
- Chst- chst-chst...
Era un desconocido viejito que le hacía señas desde un bote de remos.
El Amor se sorprendió:
-¿A mi?- preguntó, llevándose una mano al pecho.
- Si, si- dijo el viejito- a ti. Ven conmigo, súbete a mi bote y rema conmigo, yo te salvo.
El Amor le miró y quiso darle explicaciones:
- Lo que pasó fue que me quedé...
- Entiendo- dijo el viejito sin dejarle terminar la frase-, sube.
El Amor subió al bote y juntos empezaron a remar para alejarse de la isla.
No pasó mucho tiempo antes de ver cómo el último centímetro que quedaba a flote terminó de hundirse y la isla desaparecería para siempre.
- Nunca volverá a existir una isla como esta- murmuró el Amor, quizá esperando que el viejito le contradijera y le diera alguna esperanza.
- No ? dijo el viejito-, como ésta, nunca.
Cuando llegaron a la isla vecina, el Amor comprendió que seguía vivo.
Se dio cuenta de que iba a seguir existiendo.
Giró sobre sus pies para agradecerle al viejito, pero éste, sin decir una palabra, se había marchado tan misteriosamente como había aparecido.
Entonces, el Amor, muy intrigado, fue en busca de la Sabiduría para preguntarle:
-¿Cómo puede ser? Yo no lo conozco y él me salvó...Nadie comprendía que me hubiera quedado sin embarcación, pero él me ayudó, él me salvó y yo no ni siquiera se quién es...
La Sabiduría lo miró a los ojos un buen rato y dijo:
- Él es el único capaz de conseguir que el amor sobreviva cuando el dolor de una pérdida le hace creer que es imposible seguir adelante. El único capaz de darle una nueva oportunidad al amor cuando parece extinguirse. El que te salvó, Amor, es el Tiempo.
sábado, 29 de septiembre de 2012
APRENDER A SOLTAR
APRENDER A SOLTAR,
por Jorge Bucay.
Todo vale la pena, porque somos quienes somos porque aquello que hemos vivido, somos quienes somos por aquello que algunas de otras personas dejaron en nosotros, pero...
"somos, absolutamente quienes somos, gracias aq
por Jorge Bucay.
Todo vale la pena, porque somos quienes somos porque aquello que hemos vivido, somos quienes somos por aquello que algunas de otras personas dejaron en nosotros, pero...
"somos, absolutamente quienes somos, gracias aq
uello que hemos perdido, gracias a eso que ya no está con nosotros".
"Nadie es más vulnerable a creerse algo falso que aquel que desea que la mentira sea cierta".
"Y es mentira que tenemos que cargar con cada cosa que hemos querido y valorado.
Y es mentira que debemos de seguir adelante con todo lo de antes, con todo lo que ya no está.
Perdemos..., perdemos no sólo a través de la muerte, sino también, a través del abandono, a través del cambio, a través de la pérdida de la juventud,...
Es imposible aceptar con una sonrisa todas las cosas que, lamentablemente son ciertas e ineludibles".
"No importa cuan listo seamos, a veces nos toca perder..."
"Muchas veces la vida está relacionada con soltar lo que alguna vez nos salvó, soltar las cosas a las cuales nos aferramos intensamente, creyendo que tenerlas es lo que nos va a salva de evitar la caída".
"Aprender es, sobre todo, aprender a soltar".
"No hay pérdida que no implique una ganancia, un crecimiento personal, porque lo que sigue, después de haber llorado cada pérdida, después de haber elaborado el duelo de cada ausencia, después de habernos animado a soltar, es el encuentro con uno mismo, enriquecido por aquello que hoy ya no tengo pero pasó por mí. Y también por la experiencia vivida en el proceso".
"Es importante no transformar el dolor en sufrimiento".
El dolor es el paso por un lugar no deseado, el sufrimiento es formar una carpa y quedarse a vivir en ese lugar indeseable.
"El duelo..., el duelo es el pasaporte que nos saca del sufrimiento y que permite que el dolor pase".
"Hay que vaciarse para poder llenarse, una taza sólo sirve cuando está vacía, no sirve una taza llena. No hay nada que se pueda agregar en ella".
"Una de las tazas que más nos cuesta vaciar es la imagen que tenemos del mundo, porque queremos atenernos a que el mundo siga siendo como nosotros lo vimos, porque no queremos aceptar que el mundo cambia. No queremos aceptar que el mundo no es como yo quiero que sea".
"Si me animo a soltar el contenido de la taza de un sueño, quizás pueda encontrarme en la mejor ruta para descubrir la verdad".
"Este es el coraje, ésta es la fuerza de la madurez: saber que puedo afrontar lo que me pase, que inclusive puedo afrontar la idea de que alguna vez, alguna vez, yo mismo no voy a estar".
"Lo que más nos duele cuando algún ser querido se muere, que es aquello que no le dijimos, aquello que no le acercamos, es aquello que no nos dijo.
Son esas cosas pendientes las que nos duele con la muerte de los seres queridos.
Bueno sería empezar a darnos cuenta que éste es el momento.
Quizá mañana no estés, quizás mañana yo no esté,..."
"Hoy es el día de llamarte para decirte lo que siento"
"Toda la vida, en su conjunto, duele.
Duele el pasado, duele el presente y, especialmente, duele el futuro.
Y la única manera es transitar ese dolor".
Jorge Bucay.
"Nadie es más vulnerable a creerse algo falso que aquel que desea que la mentira sea cierta".
"Y es mentira que tenemos que cargar con cada cosa que hemos querido y valorado.
Y es mentira que debemos de seguir adelante con todo lo de antes, con todo lo que ya no está.
Perdemos..., perdemos no sólo a través de la muerte, sino también, a través del abandono, a través del cambio, a través de la pérdida de la juventud,...
Es imposible aceptar con una sonrisa todas las cosas que, lamentablemente son ciertas e ineludibles".
"No importa cuan listo seamos, a veces nos toca perder..."
"Muchas veces la vida está relacionada con soltar lo que alguna vez nos salvó, soltar las cosas a las cuales nos aferramos intensamente, creyendo que tenerlas es lo que nos va a salva de evitar la caída".
"Aprender es, sobre todo, aprender a soltar".
"No hay pérdida que no implique una ganancia, un crecimiento personal, porque lo que sigue, después de haber llorado cada pérdida, después de haber elaborado el duelo de cada ausencia, después de habernos animado a soltar, es el encuentro con uno mismo, enriquecido por aquello que hoy ya no tengo pero pasó por mí. Y también por la experiencia vivida en el proceso".
"Es importante no transformar el dolor en sufrimiento".
El dolor es el paso por un lugar no deseado, el sufrimiento es formar una carpa y quedarse a vivir en ese lugar indeseable.
"El duelo..., el duelo es el pasaporte que nos saca del sufrimiento y que permite que el dolor pase".
"Hay que vaciarse para poder llenarse, una taza sólo sirve cuando está vacía, no sirve una taza llena. No hay nada que se pueda agregar en ella".
"Una de las tazas que más nos cuesta vaciar es la imagen que tenemos del mundo, porque queremos atenernos a que el mundo siga siendo como nosotros lo vimos, porque no queremos aceptar que el mundo cambia. No queremos aceptar que el mundo no es como yo quiero que sea".
"Si me animo a soltar el contenido de la taza de un sueño, quizás pueda encontrarme en la mejor ruta para descubrir la verdad".
"Este es el coraje, ésta es la fuerza de la madurez: saber que puedo afrontar lo que me pase, que inclusive puedo afrontar la idea de que alguna vez, alguna vez, yo mismo no voy a estar".
"Lo que más nos duele cuando algún ser querido se muere, que es aquello que no le dijimos, aquello que no le acercamos, es aquello que no nos dijo.
Son esas cosas pendientes las que nos duele con la muerte de los seres queridos.
Bueno sería empezar a darnos cuenta que éste es el momento.
Quizá mañana no estés, quizás mañana yo no esté,..."
"Hoy es el día de llamarte para decirte lo que siento"
"Toda la vida, en su conjunto, duele.
Duele el pasado, duele el presente y, especialmente, duele el futuro.
Y la única manera es transitar ese dolor".
Jorge Bucay.
miércoles, 26 de septiembre de 2012
LA IMPORTANCIA DEL CUERPO
En un momento en el que recibimos mensajes continuos de la
importancia del cuerpo, el culto al cuerpo….. la publicidad y la sociedad han
confundido la diferencia entre idolatrar al cuerpo y el cuidado del mismo.
Dietas imposibles, anuncios de liposucción, operaciones de pechos, de labios,
que acaban por cambiar el rostro mismo, machacarse en el gimnasio… acaban por
deformar nuestra imagen de nosotros mismos y desinflarnos como un globo, por no
alcanzar el ideal de cómo deberíamos ser siguiendo el estereotipo que se nos
anuncia desde todas partes.
Pero nuestro cuerpo tiene mucho que decir. Es el vehículo en
el que vivimos, con el que sentimos, trabajamos, amamos…deberíamos tratarlo con respeto y con cuidado. Expresa
cómo somos, sin mentiras (comunicación no verbal), refleja lo que sentimos, es
el depositario de nuestras vivencias y nuestras emociones. Es el motor de
nuestra vida, y el reflejo de nuestra historia.
Cuando no lo cuidamos, o lo forzamos, empieza a dar señales
de que algo no va bien: fatiga, dolores de estómago, insomnio, nauseas……
señales que pretenden llamar nuestra atención para darnos un mensaje, un alarma
, que va pasando desde pequeños toques
de atención. Ej. Un simple dolor de cabeza, tensión en los músculos de la
espalda…. Que se irán incrementando a otras alarmas de luces rojas: ejemplo, un
accidente, una enfermedad…. si vamos desoyendo continuamente lo que él tiene
que decirnos.
El cuerpo refleja las emociones que sentimos: cuando reímos,
nuestras facciones se relajan nuestra sonrisa forma arruguitas en las comisuras
de los labios…. Al llorar el cuerpo se recoje para cuidarnos, llegan las lágrimas a nuestro ojos, y si nos
permitimos sentirlo logramos cierto alivio a nuestro malestar.
Es importante aprender a sentir y expresar de un modo
correcto nuestras emociones. En cierta manera, desde la sociedad nos han
inculcado que hay emociones buenas y
malas: no es correcto sentir enfado, o expresar el miedo porque el mundo te va
a ver como un cobarde, los hombres no pueden llorar porque se verían débiles…
Es importante que logremos deshacernos de estos introyectos, porque el no poder
expresar las emociones que sentimos nos va a provocar numerosos problemas:
desde problemas de relación a problemas físicos, por ejemplo, las personas que reprimen en
enfado constantemente tienen muchos problemas de estómago, tensión en la
mandíbula….
Así mismo, es importante el cómo expresamos las emociones.
Tengo perfecto derecho a sentir enfado, pero eso no me da derecho a dañar a
nadie. Aprender a reconocer lo que sentimos y una forma saludable de expresarlo
nos ayudará a nosotros mismos y a los que nos rodean a llevar una vida más
saludable.
Escrito por: Almudena
Escrito por: Almudena
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