Uno de los principales problemas a los que se enfrenta una pareja con
el paso de los años es la pérdida del deseo sexual. La rutina, la monotonía, el
trabajo, los hijos, y un largo etc van
haciendo que se pongan las obligaciones en primer lugar y vayamos poco a poco
perdiendo esa chispa que es la que hace que las parejas funcionen.
Es cierto que hay
parejas que asumen esto como algo natural y pasan a vivir juntos asumiendo que
se perdió la sexualidad, y pensando o dando por hecho que no necesitan la
sexualidad. Sin embargo, en este punto, se habría acabado la pareja como tal:
sin sexualidad no hay pareja. Puede haber una buena relación, una sólida amistad…
pero es algo distinto a la pareja. La sexualidad es algo que es inherente al
ser humano, no algo que desaparece con los años.
Cuando comenzamos una relación amorosa, el deseo sexual
por esa persona se dispara: los sentidos están encendidos al 100%,
todo te inspira y te recuerda continuamente a ella, un roce, una mirada, un
beso… todo de repente puede resultar altamente erótico. Con el paso del tiempo, si bien es cierto que
esto baja en intensidad (no podríamos aguantar durante tanto tiempo este exceso
de estimulación porque acabaríamos agotados física y mentalmente), también es
cierto que es muy importante mantener la atención
para que el deseo sexual no se vaya y se pueda recuperar.
1. Prepara el ambiente. Es aconsejable que acordéis “una cita”. Esto os ayudará a
iros preparos mentalmente y a anticipar una velada agradable junto a vuestra
pareja. Para esto es fundamental que os arregléis, os pongáis ropa con la que
os sintáis bien y sexys para vosotros mismos y para tu pareja, peinados,
perfumados…. Y preparar así mismo
también en lugar donde vayáis a reuniros: si es fuera de casa escoged un lugar
romántico (un Burger King no es una buena opción…), y si es en casa preparad
una comida o cena especial para vosotros dos, con unas velas, un vino, música
ambiental… y aseguraos que vais a estar solos (desconectad el teléfono móvil,
apagad ordenadores y televisión, y si tenéis niños pedidle a algún familiar de
confianza que os los cuide por unas horas).
2. Cambiad de escenario: la rutina es mortal para
el deseo sexual. Atreveos y probad nuevos escenarios: si el habitual es el
dormitorio, podéis cambiar al baño preparando un baño aromático con espuma y
velas, o al salón… También podéis permitiros alguna vez un capricho y alquilar
un hotel especial para vosotros.
3. Los preliminares son fundamentales: sobre todo
para la mujer, aunque es recomendable para ambos. El hombre se estimula sobre
todo por lo visual, pero la mujer necesita otro tipo de estimulación: los
masajes, las caricias, los susurros, no tengáis ninguna prisa e ir poco a poco
disfrutando de la experiencia.
4. Hablad con vuestra pareja sobre lo que
os gusta y sobre lo que no. Cada persona es un mundo, y hay que respetar los
gustos y los límites de la otra persona. Atreveos a compartir sobre qué es lo que más
os estimula, qué tipo de ropa, vuestros
deseos…
5.
Compartid vuestras fantasías: no los toméis como algo que hay que llevar a cabo. Las
fantasías ayudan mucho a la estimulación, en la imaginación no hay límites,
todo es posible. Habrá algunas que os guste poder probarlas, y otras que
simplemente se quedan en fantasías, que ayudan a mantener la excitación.
Respetad vuestras propias fantasías y las de vuestra pareja, sin enjuiciar.
6. Los juguetes y el juego. Incorporad juguetes eróticos, si no tenéis,
id juntos a un sexshop (o si os da mucho apuro también hay muchas páginas en
internet donde podéis consultar y pedirlos) y elegid los que más os gusten a
ambos. Aquí van incluidos también
aceites especiales de masaje, lubricantes con sabores… el olfato y el gusto
también son sentidos importantes en la sexualidad que suelen ser más
desatendidos. Abrid vuestra imaginación y
atreveos a jugar, a inventaros nuevos roles (por ejemplo, en lugar de
ser su mujer eres una enfermera sexy que viene a cuidarle, o eres un policía
que resulta ser un striper…)
7. Tras la experiencia, quedaos un tiempo
disfrutando del contacto, compartid qué os parecido, qué os ha gustado más…
(nada de me doy media vuelta y a dormir, o de salir corriendo a hacer cualquier
tarea).
Sobre todo, lo importante es que
os permitáis ser libres de hablar, hacer y experimentar, siempre respetando
vuestros límites y los de vuestra pareja. ¡A disfrutar!