lunes, 14 de abril de 2014

Emociones con mala fama

 Lo primero de todo me gustaría hacer un pequeño recorrido para poder ponernos en el contexto: saber cuáles son las emociones, su importancia, cómo reconocerlas y qué hacemos con ellas.
Las emociones son una parte básica del ser humano. Nos dan mucha información acerca del entorno y de nosotros mismos: gracias a ellas podemos saber si estamos en peligro y es mejor salir corriendo, expresar la pena y el dolor, compartir alegrías…


Hay emociones básicas, que se encuentran en todos las personas. Son innatas y fundamentales para nuestra supervivencia. Según el psicólogo Ekman son 6: miedo, ira, alegría, tristeza, sorpresa y asco.

  • Alegría: es el disfrute, da sensación de bienestar, de placer. Tiene que ver con la satisfacción: un éxito, una expresión de afecto, recibir cariño…
  • Ira : va desde la irritabilidad hasta una furia intensa. Los músculos se tensan, y se produce un aumento de las pulsaciones y la presión sanguínea.
  • Miedo: emoción que caracteriza un peligro, real o infundado, y que nos pone en estado de alerta para poder hacer frente a ese peligro.  Se caracteriza por una emoción intensa y desagradable.
  • Tristeza: expresa el dolor, se caracteriza por una sensación de desánimo, falta de apetito, desaliento…
  • Sorpresa: es un sobresalto producido por algo inesperado.
  • Asco: es una emoción desagrado, que nos produce aversión hacia algo.

 Por otro lado, hay también otras emociones que también podréis reconocer:
  • Envidia: es el dolor por no tener algo que otra persona tiene, o el deseo de poseerlo.
  • Vergüenza: estado de turbación, relacionada con el deshonor, la desgracia o la desaprobación.
  • Culpa: a menudo relacionada con la vergüenza. Es un sentimiento que se produce por el hecho de haber traspasado una norma éticas personales o sociales, especialmente si en el resultado hemos hecho daño a alguien.

De entre todas estas emociones que hemos nombrado, me gustaría recordar especialmente la importancia de aquellas que nos son “menos agradables”, no porque sean más importantes, todas tienen su función, sino porque la mayoría de la gente tiene muchas dificultades para integrar estas en su vida. Es importante para nuestra salud que aprendamos a aceptarlas como una parte de nosotros, que tienen un mensaje importante, y que hay que aprender a diferenciar que una cosa es lo que sentimos y otra es lo que hacemos: puedo sentir envidia de alguien, y no por ello ir a hacerle daño o a destruir aquello que tiene.

Comencemos:
El miedo nos advierte de peligros
  • El miedo: A menudo escuchamos frases del tipo “sé valiente”, “no hay que demostrar el miedo”… como si tuviésemos que vestirnos con una capa de “superman” o “superwoman” por el mundo y poder con todo. El miedo tiene una importancia vital: nos alerta ante posibles peligros. Lo que es perjudicial no es el miedo en sí, puede resultar en ocasiones bastante más peligroso no sentir miedo: ¿os imagináis a un niño que se asome al borde de un precipicio y que no sintiera miedo? Nos ayuda a ir con más cautela y a evaluar los riesgos. Otra cosa diferente es que yo no haga cosas importantes para mí por miedo, incapacitándome. En este caso, lo que se hace es, aceptando que tengo miedo, ir dando pequeños pasos que me vayan ayudando a hacer esas tareas y poco a poco me iré sintiendo más seguro.
  • La vergüenza: Muchas veces no nombrada. Y sin embargo todos la hemos sentido en determinadas ocasiones. Tiene que ver con un juicio que me hago yo de mí mismo, con los otros me vean, y yo darme cuenta de que me están viendo.  Todos tenemos a un juez interno que nos recuerda continuamente todo aquello que no nos gusta de nosotros mismos. El trabajo que hay que realizar aquí es aceptar que hacemos lo mejor que podemos con los elementos que tenemos en un momento dado. Y otro aspecto muy importante, que es el perdón, el ser capaz de perdonarnos a nosotros mismos por nuestros errores.  ¿Lo mejor en estos casos? Aprender a reírse de uno mismo. Esto es válido también cuando la vergüenza la sentimos por alguien cercano a nosotros.