lunes, 30 de abril de 2018

Creencias que dificultan las relaciones de pareja



Hay creencias (sociales, culturales o familiares) que damos como ciertas cuando no tienen por qué ser así.
Vamos a analizar algunas de estas creencias que dificultan el bienestar en las relaciones de pareja:

  •          En la pareja todo se debe hacer juntos. Es importante que haya tiempo y actividades para hacer cosas en común, pero también para que cada uno tenga sus espacios individuales ya que cierta autonomía es necesaria.
  •           El enamoramiento tiene que durar toda la relación. El enamoramiento es sólo la parte inicial, después se convertirá si la pareja continúa, hacia un amor más estable, más seguro y más maduro.
  •          Idea de amor incondicional en la pareja. No posible que nuestra pareja nos acepte todo y que nos de todo, ya que cada uno tenemos nuestras propias necesidades.
  •         La pareja tiene que cumplir nuestros sueños y necesidades. No sólo es irreal, sino que sería una carga. Sólo uno mismo es el responsable de cumplir sus propios sueños y satisfacer sus necesidades.
  •          En la pareja todo se debe hacer  a partes iguales. Aunque el cambio hacia la repartición de roles y tareas es positivo, hay que saber flexibilizar en relación a las necesidades y preferencias de cada pareja.


  •           Tener un hijo para solucionar los problemas de pareja: cuando la pareja no va bien, tener un hijo agrava los problemas y se vive como una carga.
  •          Mi pareja debería saber lo que pienso, si no es que no me quiere.  Es responsabilidad de cada uno aprender a comunicarse, a hablar y a pedir, no podemos delegar esa carga en la pareja en nombre del “amor” porque el otro ni es adivino, ni le corresponde.
  •           "Un matrimonio infeliz es mejor que un hogar roto": Esta creencia causa mucho sufrimiento. Cuando no hay amor, lo mejor es separarse.  Cargar a los hijos con la responsabilidad de seguir en una pareja en la que no quiero estar, es además de injusto una utilización de los hijos para mantener “unida” la familia.  Es preferible una separación de común acuerdo en las mejores condiciones posibles.
  •          “Por amor puedo cambiar a mi pareja y ayudarla a mejorar”. Nadie tiene ni la capacidad ni el derecho a cambiar a otro, cualquier intento por hacer esto provocará el enfado por parte de la pareja y una acentuación de aquellos aspectos que se quieran cambiar.
  •           Los polos opuestos se atraen.  Aunque algunas diferencias son enriquecedoras, para que una relación funcione tiene que haber más similitudes que diferencias, ya que si no serán generadoras de grandes fuentes de conflicto en la relación.

  •       Debes saber cómo satisfacer a tu pareja. La comunicación es algo esencial, y por mucho que quieras a tu pareja, es necesario hablar para saber qué le gusta y que no,  no podemos adivinar y cada persona es un mundo, con sus gustos y preferencias.
  •      No se deben tener fantasías sexuales:  son un elemento básico en el deseo y la sexualidad. Uno decide si compartirlas o no, y compartirlas no quiere decir tener que realizarlas necesariamente. 
  •          El hombre debe tomar la iniciativa en las relaciones sexuales: Las mujeres también  tienen la libertad de tomar la iniciativa, no tiene porqué partir siempre del  hombre.
  •           El hombre debe estar siempre preparado para una relación sexual: El hombre también puede decir “no” sin que por eso se vea afectado su “masculinidad”. Esta creencia provoca muchos problemas  de disfunciones sexuales masculinas dada la exigencia que lleva implícita.
  •          La mujer no puede tomar la iniciativa sino quiere ser tachada de “mala”: Una sexualidad sana en las mujeres es aquella en la que se puede manifestar el deseo  y tomar la iniciativa.



  •           La masturbación en la pareja como sinónimo de conflicto en las parejas: Hay quien piensa que por el hecho de tener pareja la masturbación no debería practicarse, y que lo ven como una amenaza a la relación. La masturbación pertenece a la esfera de lo individual, y puede ser compartida o no con la pareja.  Es una opción más de enriquecer nuestra sexualidad. Quien es capaz de disfrutar de su propio cuerpo también disfrutará más de las relaciones sexuales con la pareja.
  •           La masturbación es algo malo: Es algo necesario  y sano para el desarrollo psicosexual de cualquier persona.
  •       Las relaciones sexuales deben acabar en coito. Esto reduciría mucho  la amplitud y variedad de conductas sexuales de las que se puede disfrutar sin llegar necesariamente al coito. Además, tener la libertad de poder disfrutar de besos, caricias, juegos, sin que “el fin” tenga porqué ser el coito, ayuda a la pareja a disfrutar más de la sexualidad y el afecto de una forma más libre.


           Aprender a cuestionar estas ideas y creencias os ayudarán a vivir vuestra pareja y vuestra sexualidad de una forma más satisfactoria.

                                                                           









lunes, 5 de febrero de 2018

No aplaces Tu Felicidad



A menudo mucha gente se dice a sí misma: seré feliz cuando tenga un coche, una casa, una pareja, otro trabajo… Vamos aplazando nuestra felicidad supeditándola a conseguir algo o a alguien… y el tema está en que, a menudo, cuando lo conseguimos seguimos sin sentirnos bien.
El momento de sentirte a gusto con tu vida no es en el futuro, sino el presente.  
¿Te has parado a pensar alguna vez la cantidad de tiempo que dedicamos pensando en lo que no tenemos, en lo que nos han hecho, en las cosas que no van bien, en quejarnos…? ¿Qué tal sería si cambiamos el foco de atención hacia lo que sí tenemos? ¿Qué tal sería si invirtiéramos más energía a alegrarnos por lo que hemos conseguido, por tener amigos, familia, un sitio donde vivir…  ¿Cómo te sentirías si en lugar de dedicarte a lamentarte enfocas tu energía a buscar soluciones y cambiar aquello que no te gusta?


Algunas claves que te pueden ayudar en tu día a día a sentirte mejor son las siguientes:
  •           No te preocupes por lo que piensan los demás de ti, preocúpate por lo que piensas tú de ti.
  •           Cuida el lenguaje con el que te hablas a ti mismo: a menudo somos mucho más críticos, duros e inflexibles con nosotros mismos que  con los demás. Trátate como si fueras tu mejor amigo.
  •          Limita los pensamientos negativos: no podemos evitar tenerlos, ya que el pensamiento es libre. Nos generan angustia y malestar. Pero sí podemos no quedarnos navegando en ellos, así que cuando venga un pensamiento negativo, déjalo ir, y piensa en cualquier recuerdo de tu vida que haya sido agradable.
  •           Háblate con mensajes positivos a diario, sobre tus logros y tus capacidades.
  •           Invierte más tiempo en cosas que te hagan sentir bien. A menudo escucho la frase de "me faltan horas en el día”… párate y piensa en qué estas invirtiendo tu tiempo. Todos tenemos el mismo, la cuestión está en qué usas el tuyo. Revisa cuál es tu lista de prioridades y si puedes hacer algún cambio en la misma para sacar más tiempo para aquello que te hace sentir bien.
  •           Pasa más tiempo con aquellas personas que te animan, con las que te sientes bien y limita el que pasas con aquellos que continuamente están quejándose o que te desmotivan para cumplir tus sueños. 
  •          Haz de tu hogar un lugar agradable para ti: los colores, los objetos que nos rodean, tener cierto orden… poner orden y un ambiente agradable por fuera te ayudará a sentirte mejor por dentro.
  •          Cuida tu aspecto y tu modo de vestir.  Verte mejor por fuera también te ayuda a sentirte mejor por dentro.


Aunque el dinero es necesario para vivir, las cosas que más importan no se compran con dinero. Así que deja de ponerte escusas y empieza a hacer los cambios que necesites porque vivir tu vida de la mejor forma posible es tu mayor responsabilidad.