viernes, 29 de marzo de 2013

Falsos mitos sobre los psicólogos


“Ir al psicólogo es cosa de locos”.

La psicología no está indicada exclusivamente para una persona que padezca de una enfermedad mental, sino para cualquier persona que se encuentre atravesando un momento difícil y necesite un apoyo, que no le puede proporcionar ni sus amigos ni su familia. También, y sobre todo en determinados países como Argentina y Estados Unidos, cada vez hay más personas que van al psicólogo como un medio para el crecimiento personal.

“Ir al psicólogo es cosa de débiles”.

Reconocer que tengo una dificultad, no es un acto de debilidad, sino de honestidad. Si no reconozco mis limitaciones jamás podré pedir ayuda. Es necesario saber reconocer cuándo hemos hecho lo posible por salir adelante, y aun así, a veces no ser suficiente. Esto no es un fracaso, sino la posibilidad de superar los obstáculos que me están impidiendo avanzar.

Un psicólogo es lo mismo que un psiquiatra”.

Los psiquiatras medican, se basan en una perspectiva más biológica. Los psicólogos no medicamos. En ciertos casos es necesario complementar la terapia con un apoyo farmacológico.

“Si voy al psicólogo tendré que ir siempre”.

El ir a un psicólogo no implica dependencia. Tiene un principio y un fin. La duración de la terapia dependerá del problema que le ha llevado al paciente, y termina cuando el paciente se encuentra con las herramientas suficientes para poder continuar por sí mismo. Hay terapias que duran unos meses, otras duran años. Lo importante no es la duración sino que para el paciente le sea útil. Lo ideal es que psicólogo y paciente acuerden el término de la terapia y se haga una revisión del proceso y los cambios efectuados.


“Los psicólogos pueden leer la mente”:

No estaría mal, pero entonces nos habríamos dedicado a la videncia. Necesitamos que la persona nos de la información necesaria para poder saber qué es lo que le ocurre y la mejor manera de abordarlo.

“Los amigos y la familia sustituyen a un buen psicólogo”:

Sin duda, son una gran fuente de apoyo, pero muchas veces, y a pesar de su buena intención, no tienen la formación adecuada para poder abordar lo que a la persona le está ocurriendo. En la consulta, el paciente es capaz de ir abriéndose y expresando emociones, pensamientos, fantasía… que jamás le contaría a personas cercanas.

“Al contarle mis problemas al psicólogo estos se irán”:

Es cierto que poder hablar de los problemas genera cierto alivio. Pero no se irán solos. Sólo realizando determinadas modificaciones se podrán ir solucionando.

“No creo en los psicólogos”:

No es una cuestión de creer o no creer. Los psicólogos tratamos de acompañar a la persona y poder ofrecerle diferentes recursos, técnicas… en las que nos hemos formado para poder ir solucionando aquellos problemas que le traen a consulta. La confianza es algo que se dará con el tiempo, en la medida en la que haya una buena comunicación entre los dos. Probablemente hayas tenido alguna mala experiencia, o alguien que conozcas, pero eso no quiere decir que la psicología no sirva.

“Los psicólogos no deberían cobrar, porque es una profesión de ayuda”:

Los psicólogos, como personas que somos, también tenemos determinados gastos que cubrir: comida, luz, alquiler del despacho, gastos de las casa… que, como en cualquier otra profesión, tenemos que cubrir con nuestro trabajo. A nadie se le ocurriría preguntarle a un médico que porqué cobra, y también está ayudando a las personas.

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